San Sebastián viene desarrollando un proyecto medioambiental para fortalecer la labor de la naturaleza en unos espacios que hasta ahora estaban desaprovechados. Es el proyecto “alcorques vivosâ€, que está empezando a dar sus frutos. Zonas como el entorno de la Plaza de Cervantes y Alderdi Eder, registran una eclosión de flores y plantas que dan un renovado aspecto a estos espacios, como son los alcorques de los árboles, presentes en las diferentes calles y plazas de la ciudad.
La Concejala de EcologÃa, la socialista Marisol Garmendia, ha señalado que “hasta la fecha, los alcorques eran un espacio de tierra, generalmente sin uso y vinculado a garantizar un mÃnimo espacio para el árbol. Ahora son pequeños jardines llenos de vida y de color gracias a la plantación de flores que atraen insectos que cuidan de los árboles, al alimentarse de pulgones y otros xilófagos perjudiciales para los mismosâ€.
Hasta ahora, la vegetación que crecÃa de forma espontánea en los alcorques era eliminada mediante diferentes sistemas. Uno de ellos fue el glifosato, un herbicida prohibido recientemente por la UE. También se utiliza un pequeño lanzallamas que quemaba las malas hierbas o mediante procedimientos manuales.
Desde hace un tiempo, se está desarrollando en diversas ciudades una gestión más sostenible y medioambiental, basada en métodos no quÃmicos, fomentando la biodiversidad urbana y la creación de una infraestructura verde que favorezca ciudades más saludables.
Garmendia ha señalado que “San Sebastián inició hace unas semanas un proceso de transformación en la gestión de sus zonas verdes, parques y jardines, donde la naturaleza se convierte en protagonista. Se trata de naturalizar la ciudad transformando y gestionando los espacios verdes urbanos de manera que se favorezca en ellos procesos naturales, permitiendo la entrada espontánea de flora y fauna. Es decir, desarrollar un mantenimiento más ecológico, todo ello orientando a un beneficio social y de saludâ€
La imagen que presentan los alcorques de Alderdi Eder y Plaza Cervantes es muy agradable, llenos de flores de colores y con los tamarindos en pleno esplendor de hoja. También se plantaron flores en los alcorques de la calle Ramón MarÃa Lili.
Ya estos espacios se han colonizado por insectos que ayudan a la polinización y al control biológico de plagas que dañan al arbolado. “Es una medida natural que genera, además, corredores verdes dentro de la estructura urbanaâ€, ha señalado Garmendia. “Se trata de ir diseñando los espacios a base de mezclas de herbáceas en flor, generando composiciones visuales interesantes para el entorno urbanoâ€.